En apariencia, la obra versa sobre la estética del graffiti, la belleza de la PARED SUCIA, de la ciudad intervenida, de la idea de arte en cualquier lugar. La inmediatez que posee el graffiti unida con la ESTÉTICA DE LA MANCHA, adquiere instantáneamente un equilibrio perfecto, una cualidad de cánones clásicos.
A medida que vamos profundizando en la obra, esta versa sobre la propia FEALDAD, lo que no encaja, lo que no está normalizado, REGLADO, y el propio acto VANDÁLICO, la transgresión de la norma, ese INCONFORMISMO de algunos con la realidad, con la NORMA, con la cultura.
Al analizarla detenidamente vemos que es el PASO DEL TIEMPO lo que de verdad mueve la obra, la transformación de la materia, la degradación de la sustancia, y lo que nos hace SERES MORTALES, que además se ve potenciado por la intemporalidad del graffiti que existe desde los albores de la humanidad, esa intervención en la materia para establecer un diálogo entre aquello que me rodea (que no entiendo), y lo que puedo manipular (que si entiendo); y al intervenir, al TRANSFORMAR, puedo comprender mejor (quizás) la fragilidad de la vida, la estructura de la realidad cambiante, y sobre todo, la muerte del ser humano.